#39. EL DULZOR QUE CALIENTA EL INVIERNO

#39. EL DULZOR QUE CALIENTA EN INVIERNO

Hay sabores que abrigan. Como una manta en el sillón, una peli de domingo o ese primer sorbo de café caliente cuando fuera llueve.

Y entre esos sabores que nos reconfortan está el dulzor de ciertas cervezas.

Sí, has leído bien: cerveza dulce.

Porque aunque muchos piensan en amargor cuando hablan de birra, hay todo un universo de estilos que juegan con la malta para ofrecernos notas de caramelo, pan tostado, miel o frutos secos.

Y justo ahora que se asoma el invierno, con sus tardes frías y planes de manta, es el momento perfecto para descubrirlas.

COMENZAMOS!!

🍺 

EL SABER ES PODER

El dulzor también es cerveza

Si la cerveza fuera una balanza, en un plato tendríamos el amargor del lúpulo, y en el otro, el dulzor de la malta.

La magia ocurre cuando esos dos polos encuentran su equilibrio. Pero no siempre tienen que estar 50/50: hay estilos donde la malta toma el protagonismo, y eso no significa que sean empalagosos.

Significa que van por otro camino: el del calor, la redondez, el cuerpo.

Ese dulzor proviene de los azúcares residuales que quedan tras la fermentación.

Cuanta más maltas especiales (como la Munich, la Vienna o maltas caramelo) use el cervecero, más capas de sabor aparecen.

Algunas recuerdan al pan recién horneado; otras, a galleta, miel o toffee.

Invierno: tiempo de cervezas que abrazan

Hay una razón por la que muchos estilos maltosos nacieron o se popularizaron en climas fríos: su cuerpo denso, su graduación moderada-alta y su dulzor reconfortante son perfectos para cuando las temperaturas bajan.

Igual que no apetece una ensalada helada en enero, tampoco suele apetecer una cerveza ligera y lupulada cuando afuera hace 5 grados.

Una Doppelbock, por ejemplo, es una lager fuerte de origen alemán que sabe a pan tostado con mantequilla, pasas y tiene la suavidad de un licor de cereales.

Fue creada por monjes para sostener el cuerpo durante el ayuno, y hoy sigue siendo una de las reinas del invierno.

Pero hay más: estilos como la Scotch Ale, la Dunkel o incluso algunas Amber Ale también juegan con esa paleta maltosa que reconforta sin empalagar.

Beber dulzor sin perder profundidad

¿Y no se vuelven aburridas? Para nada.

Las buenas cervezas maltosas tienen estructura, equilibrio y muchas veces una complejidad que se va desplegando en cada sorbo.

Lo interesante es que el dulzor no es azúcar puro: viene matizado por notas tostadas, por un leve amargor de fondo, o por una textura sedosa que envuelve el paladar.

Además, estas cervezas maridan de maravilla con platos otoñales e invernales: carnes guisadas, quesos curados, castañas asadas o postres de frutos secos.

Son cervezas para disfrutar sin prisa, para servir en copa, y para compartir como quien abre una botella de vino especial.

📰

FRESCO COMO EL LÚPULO

📌 La caña sigue mandando en los bares: una de cada cuatro bebidas es cerveza

La cerveza lidera el consumo de bebidas frías fuera de casa en España: representa el 25,8% de las consumiciones en bares y restaurantes, según el Ministerio de Agricultura.

Aunque desde la pandemia ha crecido su consumo en casa (un 22% más que en 2019), sigue siendo la reina de las sobremesas y los aperitivos.

Su éxito radica en su transversalidad: la toman todas las edades, géneros y clases sociales, a cualquier hora del día.

Además, el binomio caña y tapa sostiene más de 540.000 empleos. La versión sin alcohol también gana terreno y ya representa el 14% del mercado.

🤯

LA FRIKADA

Salvator: la primera de su especie

En Baviera, a las Doppelbock se les ponía tradicionalmente nombres terminados en "-ator".

Todo empezó con la Salvator (del latín "salvador"), creada por monjes paulinos en el siglo XVII y considerada la primera del estilo.

Con el tiempo, la cervecería Paulaner se quedó con los derechos del nombre "Salvator", obligando al resto a buscar variaciones.

Desde entonces, cada cervecería que elaboraba su versión del estilo la bautizaba con un nombre similar: Optimator, Celebrator, Maximator...

Como si fueran superhéroes cerveceros del invierno. Así que ya sabes: si ves una cerveza con nombre de gladiador latino, prepárate para un abrazo de malta.

💭

Al final, las cervezas maltosas son eso: un recordatorio de que el invierno también tiene sus fuegos.

Que hay sabores que no refrescan… sino que acompañan.

Sabores que no te empujan a dar otro trago rápido, sino a sentarte, respirar y dejar que el mundo vaya un poco más lento.

Y cuando entiendes por qué saben así —de dónde vienen, cómo se construyen, qué historia llevan dentro— ya no es solo beber:

Un abrazo,
Cervecero Miguel

Hasta aquí tu cervecita semanal!

Cuéntame qué te ha parecido
👇

🍺🍺🍺🍺🍺 Muy interesante 

🍺🍺🍺 Bien 

!Te veo en el siguiente email!

🚨 ¿Dudas o sugerencias? 🚨

Recuerda que puedes responder a este email

Cualquier feedback me ayuda un montón

 😃 

Reply

or to participate.