#3. AGUA Y CERVEZA

#3. AGUA Y CERVEZA

Seguimos explorando los ingredientes principales de la cerveza, y esta vez toca hablar de uno que muchas veces pasa desapercibido, pero que sin él no tendríamos absolutamente nada que beber: el agua.

Más del 90% de la cerveza es agua y, aunque no lo creas, no es un simple relleno. Su composición química puede potenciar el amargor de una IPA o hacer que una Lager sea más refrescante.

Es como el DJ de una fiesta: si está bien equilibrado, todo fluye; si no, la experiencia puede ser un desastre.

De hecho es tan importante que fue la clave para el nacimiento de los diferentes estilos de cerveza que conocemos hoy en día, gracias a ella muchas ciudades se convirtieron en potencias cerveceras solo por la suerte de tener un agua con la mineralización perfecta.

Praga

¿Crees que la Pilsner de República Checa o las Stout de Dublín son casualidad? Nope. Sus aguas dieron forma a esos estilos y hoy en día los cerveceros modifican químicamente la composición de su agua para poder replicarlos.

Hoy nos vamos a sumergir (sin ahogarnos) en el papel del agua en la cerveza, cómo influye en el sabor y por qué los cerveceros no usan cualquier agua del grifo para crear sus obras maestras.

COMENZAMOS!!

 🤔 El saber es poder

Un poquito de química

El agua no es solo H₂O. En su composición hay minerales y sales disueltas que pueden afectar todo el proceso de elaboración. Los más importantes en la cerveza son:

  • Calcio (Ca): Mejora la estabilidad de la cerveza, ayuda a la floculación de la levadura y reduce el pH, lo que favorece la actividad enzimática en la maceración.

  • Magnesio (Mg): Necesario en pequeñas cantidades para la levadura, pero en exceso puede aportar un sabor amargo y astringente.

  • Sodio (Na): Aporta cuerpo y una sensación sedosa en boca, pero demasiado sodio puede hacer que la cerveza sepa salada.

    Imagen del típico cervecero casero

  • Sulfatos (SO₄): Resaltan el amargor del lúpulo y dan un acabado seco y nítido, algo clave en estilos como las IPA.

  • Cloruros (Cl): Potencian la percepción de dulzor y cuerpo en la malta, dándole una sensación más redonda a la cerveza.

  • Bicarbonatos (HCO₃): Afectan el pH de la maceración y son ideales para estilos más oscuros, ya que contrarrestan la acidez de las maltas tostadas.

Cada cervecero ajusta su agua dependiendo del estilo que quiere lograr, corrigiendo estos niveles para obtener el equilibrio perfecto.

Por qué el agua cambia el sabor de la cerveza?

Cada estilo de cerveza tradicional nació en una región con un perfil de agua específico.

Esto no es casualidad, los minerales del agua determinaron qué estilos prosperaban en cada lugar.

  • Las Pilsner de Pilsen (República Checa): Se elaboran con un agua de mineralización muy baja, lo que permite que los sabores suaves de la malta y el lúpulo brillen sin interferencias.

    Pilsen

  • Las Stout de Dublín (Irlanda): Su agua rica en bicarbonatos es ideal para equilibrar la acidez de las maltas oscuras, creando cervezas con cuerpo y suavidad.

    Dublín

  • Las Märzen y Dunkel de Múnich (Alemania): Se benefician de un agua con un nivel medio de carbonatos, ideal para cervezas maltosas y equilibradas.

Múnich

La eficiencia en la elaboración

El agua no solo influye en el sabor final, sino en todo el proceso cervecero.

Durante la maceración, el pH del agua afecta la actividad enzimática que convierte los almidones en azúcares fermentables. Un pH demasiado alto o bajo puede hacer que la conversión sea ineficiente, afectando el cuerpo y el sabor de la cerveza.

Proceso de maceración

También influye en la fermentación, ya que ciertos minerales ayudan a la levadura a trabajar correctamente. Un agua desequilibrada puede provocar fermentaciones incompletas o defectos en la cerveza, como sabores metálicos o astringentes.

En definitiva, el agua es el esqueleto de la cerveza, y tratarla correctamente es clave para conseguir un producto de calidad.

📰 Fresco como el lúpulo

📌 Alhambra celebra su centenario y se convierte en la fábrica en activo más antigua de España

Cervezas Alhambra celebra su centenario en 2025, consolidándose como la fábrica de cerveza en activo más antigua de España. La marca granadina se ha convertido en un símbolo local de orgullo y pertenencia.

La historia de la marca se remonta a 1925, cuando el francés Carlos Bouvard y el vasco Antonio Knörr invirtieron en una cervecera. Eligieron el nombre "Alhambra", heredado de una antigua cervecera, y lo registraron al ver que la licencia estaba libre.

La cerveza comenzó a ganar popularidad a pesar de la competencia inicial, y se expandió a otras provincias. Con el paso de los años, la marca pasó por varias etapas de ventas y cambios de propiedad.

En 1995, la marca fue adquirida por Damm y Cruzcampo por 55 millones de pesetas. Posteriormente, Mahou-San Miguel la compró en 2007 por 200 millones de euros, asegurando su crecimiento y consolidación.

📌 El consumo moderado de cerveza puede beneficiar tu metabolismo y microbiota intestinal

El consumo moderado de cerveza puede tener beneficios para la microbiota intestinal, lo que a su vez mejora el metabolismo. La microbiota juega un papel crucial en nuestra salud, afectando cómo nos sentimos y pensamos.

En un reciente congreso sobre la microbiota, expertos destacaron cómo bebidas fermentadas como la cerveza, cuando se consumen con moderación, pueden influir positivamente en la salud metabólica y cardiovascular. La cerveza, rica en polifenoles, forma parte de la dieta mediterránea, conocida por sus propiedades antioxidantes.

Los especialistas afirman que los beneficios se obtienen con un consumo moderado, acompañado de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable.

Aunque los beneficios de la cerveza para la microbiota están siendo investigados, los expertos señalan que aún son necesarios más estudios para comprender completamente los mecanismos involucrados en sus efectos sobre el metabolismo.

🤓 La frikada

Burton upon Trent: la ciudad que cambió la cerveza para siempre

Burton upon Trent es una pequeña ciudad de Inglaterra, situada en el condado de Staffordshire, en la región de Midlands del Oeste.

A simple vista, puede parecer un lugar más del mapa británico, pero si eres amante de la cerveza, este sitio es prácticamente sagrado.

Su agua es única en el mundo debido a su concentración excepcionalmente alta de sulfatos, esto ha sido la clave en la elaboración de cervezas lupuladas desde hace siglos.

A lo largo del siglo XIX, Burton se convirtió en la capital cervecera de Inglaterra. Cervecerías como Bass Brewery dominaron el mercado, exportando sus Pale Ales a todo el mundo.

¿El secreto? Su agua única, que resaltaba el amargor del lúpulo y daba a la cerveza un final seco y nítido.

Burton upon Trent

La fama de sus cervezas fue tal que muchas cervecerías fuera de Burton comenzaron a buscar formas de replicar su éxito.

Así nació la Burtonización, un proceso en el que los cerveceros ajustan su agua añadiendo sulfatos para imitar el perfil de Burton upon Trent.

Hoy en día, muchas cervecerías alrededor del mundo siguen aplicando esta técnica, especialmente en estilos como las IPA y Pale Ales, para potenciar su carácter lupulado.

Fun fact: algunas cervecerías históricas de Burton incluso exportaban su agua para que otras fábricas pudieran hacer cervezas con su mismo perfil.

🍺 Estilo destacado

WEIZENBOCK

🔹 Alcohol: 6.5-9% ABV.
🔹 Aromas: Plátano maduro, clavo, caramelo y un toque de pan tostado.
🔹 Sabores: Dulce y maltosa, con notas afrutadas, especiadas y un ligero toque alcohólico.
🔹 Maridajes: Embutidos ahumados, carnes asadas y postres con canela o frutos secos.

Este estilo es una versión más fuerte y maltosa de las clásicas cervezas de trigo alemanas, combinando la frescura de una Weizen con la intensidad de una Bock.

Hasta aquí tu cervecita semanal!

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