#28. OKTOBERFEST: EL ORIGEN

#28. OKTOBERFEST: EL ORIGEN

Imaginate esto: Munich, otoño de 1810. Una gran explanada, caballos galopando, vino caliente... y una boda real que nadie iba a olvidar.

Lo que comenzó como un festejo local por el matrimonio del príncipe Luis I de Baviera se convirtió, con los años, en la fiesta cervecera más grande del mundo.

Una celebración que combina tradición, litros de cerveza, música en vivo, salchichas gigantes y mucha, mucha historia.

Pero el Oktoberfest es mucho más que un desfile de trajes típicos y jarras espumosas. Es una postal viva de la cultura alemana... que, curiosamente, ni siquiera se celebra en octubre.

COMENZAMOS!!

🍺 

EL SABER ES PODER

Una boda, unos caballos... y una tradición inesperada

El 12 de octubre de 1810, toda Baviera se vistó de gala: el príncipe heredero Luis se casaba con Teresa de Sajonia-Hildburghausen.

Como parte del festejo, se organizó una gran carrera de caballos abierta al público en los prados frente a las murallas de Múnich.

Gustó tanto la idea de reunir al pueblo con música, comida y bebida que decidieron repetirla al año siguiente. 

Así nació, casi por accidente, una tradición popular.

Con el tiempo se fueron añadiendo atracciones, carpas cerveceras, ferias y conciertos, hasta convertirse en un evento de escala colosal.

Hoy, ese prado se llama Theresienwiese (la pradera de Teresa), en honor a la novia original.

De fiesta real a evento global

Desde 1994, el Oktoberfest en Múnich se programa para durar 16 días, y la fecha de cierre se ajusta en función del calendario:

  • Normalmente, el festival termina el primer domingo de octubre.

  • Pero, si ese domingo es antes del 3 de octubre (que es el Día de la Unidad Alemana), entonces el Oktoberfest se extiende hasta el 3 de octubre inclusive..

A lo largo de sus más de 200 años, solo se ha cancelado en contadas ocasiones: guerras, epidemias y una pandemia global fueron las pocas razones lo suficientemente fuertes para apagar los barriles.

Hoy, el Oktoberfest recibe más de 6 millones de visitantes al año, que consumen unos 7 millones de litros de cerveza en poco más de dos semanas.

Y aunque el original está en Munich, hay versiones en ciudades de todo el mundo, desde Blumenau (Brasil) hasta Qingdao (China), pasando por Argentina, Canadá y Estados Unidos.

Las cervezas oficiales y su ritual

Solo seis cerveceras tienen el honor de servir en el Oktoberfest oficial: Augustiner, Paulaner, Spaten, Hofbräu, Hacker-Pschorr y Löwenbräu.

Todas ellas deben cumplir con la Ley de Pureza Alemana (Reinheitsgebot) y elaborar una cerveza especial de estilo Märzen, más maltosa y con algo más de graduación alcohólica, ideal para los brindis largos.

Esta cerveza se sirve en jarras de litro (Maßkrug) y se acompaña de platos contundentes: codillo, salchichas, pretzels y chucrut.

Cada carpa tiene su propia personalidad, orquesta en vivo y ambiente, pero todas comienzan igual: con el alcalde de Munich abriendo el primer barril al grito de "O’zapft is!" ("¡Ya está abierto!").

A partir de ahí, la fiesta no se detiene.

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FRESCO COMO EL LÚPULO

📌 La cerveza sin alcohol que emborracha… sin resaca

El neurocientífico David Nutt y su equipo en Gaba Labs han creado Gabyr, una cerveza sin alcohol que imita los efectos iniciales del alcohol —relajación y desinhibición— sin causar resaca ni aparecer en un control de alcoholemia.

Actúa sobre el receptor GABA del cerebro, evitando los efectos negativos asociados a otras sustancias como la dopamina.

El “colocón” dura apenas media hora y ya genera debate legal y ético. Este innovador lanzamiento llega en pleno auge del consumo de cerveza sin alcohol, que ya representa casi un tercio del mercado español.

🤯

LA FRIKADA

En 1950, el entonces alcalde Thomas Wimmer inauguró la tradición de abrir el primer barril con un mazo de madera

Desde entonces, se cuenta cuántos golpes necesita el alcalde para lograrlo. El récord? Solo dos mazazos.

El peor intento registrado: 19 golpes. Imaginate la presión de estar frente a millones de ojos (y jarras sedientas) mientras intentás que la cerveza fluya.

Brindar en el Oktoberfest no es solo beber cerveza.

Es levantar la jarra, cantar en voz alta, compartir mesa con extraños y sentirse parte de algo mucho más grande: una tradición que nació de una boda y se convirtió en una fiesta universal.

💭

El Oktoberfest no es solo cerveza.
Es cultura, ritual y tradición compartida.

Y entenderlo así cambia por completo la forma en la que disfrutas tu próxima jarra.
De repente, cada trago tiene un contexto, cada brindis tiene una historia.

Eso mismo es lo que busco yo:
que la cerveza deje de ser “solo una bebida” y se convierta en una experiencia que saboreas con conocimiento, curiosidad y disfrute.

Si quieres dar el siguiente paso y aprender a disfrutar la cerveza como nunca antes lo has hecho:

Un abrazo,
Cervecero Miguel

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