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#16. TU PALADAR CAMBIA CON LAS ESTACIONES


#16. TU PALADAR CAMBIA CON LAS ESTACIONES
¿Alguna vez te has preguntado por qué en pleno agosto te apetece una cerveza helada y ligera, pero en enero prefieres una más densa, oscura y potente?
No es casualidad, nuestro cuerpo cambia con las estaciones, nuestro estado de ánimo cambia y nuestro entorno también. Y todo eso, aunque no nos demos cuenta, modifica lo que nos apetece beber.
La cerveza no es una excepción.

En verano, buscamos refrescarnos, en invierno reconfortarnos, en primavera celebrar y en otoño recogernos. Cada época del año tiene su propio ritmo, sus propios sabores... y su propia cerveza.

La cerveza, como el vino o como la comida, también tiene sus estaciones. Hay estilos que saben mejor cuando hace calor, otros que se disfrutan más con frío, y algunos que solo cobran sentido en un momento concreto del año.
Hoy te propongo un viaje cervecero a través de las estaciones del año. Para que la próxima vez que abras una cerveza, no solo pienses en su sabor, sino también en el momento en el que estás.
COMENZAMOS!!

🤔
EL SABER ES PODER
¿Por qué cambia lo que nos apetece según la estación?
Nuestro cuerpo busca cosas distintas en verano y en invierno.
Con calor sudamos más, tenemos menos hambre y buscamos sensaciones ligeras, frescas, con burbujas que nos limpien la boca.
Por eso apetecen cervezas más claras, más frías, con más carbonatación y menos alcohol.

Con frío, en cambio buscamos calor, cuerpo y abrigo.
Cervezas con más alcohol, más densidad, más dulzor y sabores tostados que reconforten.

Pero también hay algo cultural: asociamos ciertos sabores y aromas a momentos del año.
Como la canela a la Navidad o los cítricos al verano.
La cerveza juega con todo eso. Es estacional… aunque nadie nos lo haya dicho así.
Verano: ligereza, frescor y burbuja
En verano no queremos pensar mucho: queremos refrescarnos.
Aquí brillan las Lager, las Blonde Ale, las Pilsner, las Witbier (de trigo con toques cítricos) o las Session IPA: poca graduación, final seco, espuma chispeante y aromas limpios.

También triunfan las cervezas ácidas, como las Gose o las Berliner Weisse, porque son como un zumo ácido y salado que resucita en cada trago.

La clave en verano es: ligereza y frescor. Nada de alcohol alto, sabores pesados o amargores intensos.
Otoño e invierno: el abrazo del lúpulo y la malta
Cuando llega el frío, el cuerpo pide densidad y calor.
Y ahí entran las Amber Ale, las Bock, las Porter, las Imperial Stout…
Cervezas más alcohólicas, con maltas tostadas, notas a caramelo, café, chocolate o frutos secos.
Algunas incluso con especias, vainilla, o envejecidas en barrica.

También apetecen cervezas más amargas y complejas, como las Doble IPA: alcohol y amargor que calientan desde dentro

Estas cervezas no refrescan: acompañan.
Se beben más despacio, como un vino, y encajan con comidas más potentes.
📰
FRESCO COMO EL LÚPULO
📌 Menos cerveza, más conciencia: el giro sobrio en Europa
El consumo de cerveza en Bélgica cayó un 2,1% en 2024, consolidando una tendencia a la baja del 20% en la última década.
A pesar de sus 400 fábricas y 1.600 variedades, los belgas beben menos, afectados por la presión económica, cambios de hábitos y mayor conciencia sobre la salud. Esta caída no es exclusiva: en toda Europa, la demanda de cerveza con alcohol disminuye, mientras crece el interés por las opciones sin alcohol.
En Reino Unido, más de 15 millones participaron en el 'Dry January' de 2025, y casi la mitad de los jóvenes de entre 18 y 34 años han dejado el alcohol por completo. La cultura cervecera se adapta, pero el paisaje está cambiando.
LA FRIKADA
¿Sabías que en Japón existe una cerveza que solo se lanza durante la floración del cerezo?
Cada primavera, algunas cerveceras japonesas elaboran ediciones especiales con flores de sakura o inspiradas en su aroma. No solo es una celebración visual: también es un guiño cultural que busca capturar en una cerveza el espíritu efímero de la estación.

Estas cervezas suelen ser suaves, ligeramente afrutadas y con un toque floral. Algunas incluso utilizan hojas de cerezo encurtidas para aportar salinidad.
Beber una de ellas no es solo refrescarse: es brindar por un instante que pasa... y no vuelve hasta el año siguiente.
…
Si te ha gustado este viaje cervecero por las estaciones…
quédate cerca, porque dentro de muy poco voy a lanzar algo importante:
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Un espacio donde voy a enseñarte, paso a paso, todo eso que nadie nos contó cuando empezamos a beber cerveza.
Sin tecnicismos.
Sin postureo.
Solo lo esencial para disfrutarla más.
Si alguna vez has sentido que te falta una guía clara para saber cómo elegir una cerveza... este curso es para ti.
Ya te iré contando 😉
Hasta aquí tu cervecita semanal!
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